BENIDORM.- Se mantendrá en invierno restos de posidonia en las playas para protegerlas de la erosión

Las algas sirven de barrera natural para evitar la merma de arena por el oleaje o los temporales

El Ayuntamiento de Benidorm mantendrá los restos de posidonia que lleguen a la costa durante los meses de otoño e invierno para proteger las playas de la erosión y evitar que pierdan arena “por el oleaje” o “por los temporales” que se producen en esta época, según ha explicado el concejal de Playas, Lorenzo Martínez.

Martínez ha señalado que, además de ser un signo de la calidad de las aguas, la posidonia es “una barrera natural contra la erosión”, y de ahí la idoneidad según los especialistas de mantenerla en las costas en el momento del año “en el que desciende la afluencia de turistas y bañistas”, y en el que “más riesgos tenemos de que desaparezca arena por los temporales”.

El edil ha insistido que con esta medida “aseguramos que las playas van a estar en perfectas condiciones y con la mayor cantidad de arena posible durante la primavera y el verano”. Por eso ha pedido “comprensión” a los usuarios, y ha aclarado que “cuando vemos que el estado de las algas o su gran cantidad causan una imagen que no es la mejor se retiran y se llevan a un secadero”.20151119_Playas_posidonia

El biólogo municipal, Moisés Pellicer, ha indicado que en lo que va de otoño, y salvo casos muy puntuales, “las algas están apareciendo en el tramo final de la playa de Poniente”, en la zona de Tamarindos. Pellicer ha indicado que “lo poco que está saliendo en otras zonas del litoral se está llevando hasta este punto”, desde donde posteriormente se traslada hasta el secadero de algas que el Ayuntamiento puso en marcha el año pasado en la parte final del paseo, sobre los acantilados de Tamarindos.

En este secadero se depositan las algas húmedas extraídas por la concesionaria de las playas, RA Benidorm, para que expulsen el agua y toda la arena que han absorbido y que hace que su peso se multiplique. Una vez que el alga está seca la arena se recupera y vuelve a depositarse en la playa, mientras que empresas especializadas recogen el resto vegetal para destinarlo a uso agrícola.

Además de recuperar la arena, este secadero permite al Ayuntamiento ahorrar, ya que el coste del traslado de las algas se establece en función del peso, por lo que al estar seca su peso se reduce de forma considerable.

La cantidad de algas que cada año llegan a la costa depende de los temporales. Así, en 2012 se retiraron 333 toneladas, mientras que en 2013 se llegó a las 1.000.

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