Pablo Martínez del Blanco @pablobenidorm
Muchos ciudadanos de Benidorm tenemos la sensación de vivir en un Deja Vú constante independientemente del color del gobierno que nos toque soportar en cada momento.
Estos primeros meses populares me recuerdan a los primeros del gobierno tránsfuga de Agustín Navarro que le sirvieron para ganar las elecciones recuperando las siglas del PSOE en el 2011 aunque por entonces, el Partido Popular había dejado el listón muy bajo, igual que el nivel de las arcas municipales. Ahora el PP está haciendo lo mismo que los socialistas por entonces tirando de postureo haciéndose fotos con operarios de limpieza para que el resultado sea el mismo (malo) pasados unos días o poniendo Benidorm patas arriba con todo tipo de obras con el consiguiente resultado chapucero con el fin de convencer a la ciudadanía de que está haciendo algo, de que se vea movimiento por lo menos hasta que llegue un periodo largo entre elecciones. Es un proceder típico de la vieja política.
No cuentan, después de haber perdido en las últimas elecciones municipales casi la mitad de votos, con que la crisis ha hecho madurar a los benidormenses y nos ha hecho más exigentes con el destino del dinero de las abusivas tasas e impuestos que aquí pagamos y que tanto el PSOE como el PP han subido en la última década brutalmente.
Más de seis meses han pasado desde que Antonio Pérez tomase posesión y seguimos sin saber cuándo se empezarán a solucionar los grandes problemas estructurales que tiene Benidorm y que harían que la administración municipal funcione de forma eficiente y eficaz.
Tenemos un PGOU desfasado, falta estructurar la plantilla municipal con un VPT (Valoración de Puestos de Trabajo) que elimine productividades otorgadas arbitrariamente, un convenio laboral nuevo y un PMUS (Plan de Movilidad sostenible) por ejemplo, o se prorroga contratos a concesionarias sin hacer nueva licitaciones o estudiar su gestión directa, en fin, un largo etcétera que por supuesto en seis meses es muy difícil de solucionar pero que si es tiempo suficiente para empezar a sentar las bases para enmendar todo. El problema es que no percibimos ese interés en hacerlo y la prueba de ello es que volveremos a terminar un año sin presupuestos aprobados incumpliendo la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, algo básico.
No vale la excusa de que llevan sólo seis meses gobernando porque todo partido serio que se presente a las elecciones debería tener claro una base o borrador, por lo menos, de sus próximos presupuestos y más teniendo a mano los datos económicos del consistorio porque formaban parte de la anterior corporación municipal.
Otra cosa preocupante es que esto se está obviando casi descaradamente por parte de los partidos de la oposición cuando otros años era objeto de agrio debate parlamentario. Es “normal” que el PSOE y los Liberales de Gema Amor no protesten porque ellos hicieron lo mismo en repetidas ocasiones cuando gobernaban, pero no es de recibo que el resto de formaciones mantengan silencio aunque sea por mera inexperiencia política porque tener los presupuestos aprobados antes de final de año es algo básico.
¿Cuántos consejos de administración de empresas privadas con una capacidad de gasto de 100 millones de euros no serían cesados si no realizasen los presupuestos para el año siguiente a tiempo?