Altea rinde así homenaje al artista, fallecido el pasado mes de septiembre, que vivió y desarrolló su carrera en nuestra localidad durante cerca de 50 años
Esta mañana se ha conmemorado en Altea la denominación de los jardines de Villa Gadea como ‘Jardines Eberhard Schlotter’, mediante la instalación de un busto del artista en estos mismos jardines. El acto, promovido por la Fundación Eberhard Schlotter, y de la cual forma parte como patrono el Ayuntamiento de Altea, ha estado presidido por el embajador de Alemania en España, Peter Tempel, junto con el alcalde de Altea, Miguel Ortiz. También han estado presentes la hija del artista, Sybille Schlotter, el concejal de Presidencia, Jesús Ballester, quien a su vez es presidente ejecutivo de la Fundación Schlotter, y la edil de Cultura, Marga Riera, entre otros representantes de la sociedad y cultura alteana.
Cabe recordar que la decisión de dotar de esta nueva denominación a los Jardines de Villa Gadea se tomó en reunión plenaria, por unanimidad, el pasado mes de febrero, como reconocimiento a la trayectoria del reconocido artista plástico, fallecido el pasado mes de septiembre, y que vivió y desarrolló su carrera en Altea durante más de 50 años. De hecho, la zona de Villa Gadea está muy ligada al artista ya que, en la década de los 80, Schlotter impartió clases de pintura en este mismo lugar a sus alumnos de la Universidad alemana de Maguncia. El busto fue elaborado por el escultor alemán, Thomas Duttenhoefer. Se trata de un monolito en el que se hace referencia a los años que el pintor vivó en Altea, a su lugar de nacimiento y a su lugar de defunción.
Antes del acto en Villa Gadea, el embajador de Alemania y el alcalde de Altea, junto con el resto de personalidades, se han desplazado hasta la sede de la Fundación para visitar la muestra fotográfica ‘La textura dels records’, que recoge instantáneas cotidianas de la Altea de finales del siglo XIX y del siglo XX. Una exposición que podrá visitarse hasta el próximo 26 de abril.
Ya en Villa Gadea, el embajador de Alemania ha hecho hincapié en que “hoy queremos homenajear la figura de un artista sobresaliente, por ello quiero expresar mi agradecimiento al alcalde y a todos los alteanos, que han contribuido a que estos hermosos jardines lleven el nombre de Eberhard Schlotter”. “Gracias a ello, las generaciones venideras podrán conocer el nombre y la trayectoria de este gran artista”, ha manifestado el embajador, quien también ha agradecido a la Fundación Schlotter el trabajo que ha venido desempeñando en el cuidado y conservación de las obras del artista.
Para finalizar, el embajador ha agradecido de nuevo ‘’a todas las personas que han contribuido a que estos jardines junto al mar se denominen Eberhard Schlotter, un artista alemán de talento y un gran amigo de Altea y de España. Al mismo tiempo decir, ha añadido el embajador, que sigan naciendo nuevas amistades hispano alemanas en Altea’’.
Por su parte, Miguel Ortiz ha destacado que Altea ha sido el pueblo de adopción de Schlotter, “quien ha dejado una huella imborrable en nuestra localidad porque ha plasmado en sus pinturas nuestras gentes, nuestras casas, nuestros paisajes; en definitiva, nuestras costumbres y nuestras tradiciones”. “Y también ha dejado una huella imborrable porque, sin duda, fue el primero en abrir nuestro pueblo al exterior y en llevar, con orgullo y con su prestigio, el nombre de Altea, que ha llevado a todos los rincones del mundo”, ha remarcado el Alcalde.
Asimismo, Jesús Ballester ha recordado que “en este lugar (Villa Gadea) comenzó su amor por Altea y, gracias a esta iniciativa, se aúnan los dos orígenes del artista: su lugar de nacimiento en Alemania y el lugar donde ha desarrollado gran parte de su carrera, de su vida y de su obra, Altea”. “Si bien la calidad de su obra es indiscutible, también es de destacar que el Profesor Schlotter se integró plenamente durante toda su vida con la sociedad alteana”, ha añadido el concejal.
Por su parte, Sybille Schlotter, ha agradecido muy emocionada que los Jardines de Villa Gadea lleven a partir de ahora el nombre de su padre y ha señalado que, de este modo, “el pueblo de Altea también le agradece a mi padre, al profesor, al grabador, a su figura, los años que ha vivido en este pueblo tan bonito’’. En este sentido, ha recordado que su familia llegó a nuestra localidad en 1956, “momento en el que el mundo mediterráneo de Altea y de la Costa Blanca atrapó y cautivó a mis padres”.