Durante 2009, las obras del Plan E en la plaza España de Benidorm afectaron a la obra del artista Pedro Delso que allí se ubicaba. Concretamente, su monumento, valorado en 190.208,31 euros, conservó la escultura del Quijote, pero desapareció el mural dedicado al mundo de la almadraba. Años después, el mural se localiza, abandonado y en muy mal estado, en el cementerio nuevo.
“¿Esta es la conservación del patrimonio que hace y ha hecho el Ayuntamiento de Benidorm?” ¿Cómo es posible que tratemos así la cultura que es propiedad de nuestro pueblo?”, ha preguntado el portavoz del grupo municipal de Compromís Los Verdes, Josep Bigorra . A continuación señaló que, el entonces concejal de servicios técnicos, José Ramón González de Zárate, explicó que se estaba retirando poco a poco, pensando en su futura conservación. Y que su retirada de la plaza España fue criticada por el que era portavoz del grupo socialista, Agustín Navarro, por la forma indebida y brusca de quitarlo. “Ahora,
años después, se comprueba que ninguno de los dos partidos mayoritarios que han estado en el gobierno han movido un dedo para su conservación, sino más bien la han dejado a su suerte”, ha criticado Bigorra.
El portavoz, además de reclamar responsabilidades, ha solicitado que los técnicos del Ayuntamiento estudien si todavía es posible la recuperación del mural abandonado y, en ese caso, que se conserve la pieza convenientemente y que se exponga en algún lugar visible de la ciudad. “Por culpa de la irresponsabilidad de algunos no sólo estamos dejando perder obras artísticas que son patrimonio de Benidorm, sino que además estamos tirando casi 200.000 euros a la basura”, indicó.
El monumento que existía en la plaza España se realizó en 1972, según el inventario municipal patrimonio. Pedro Delso, natural del pueblo de la provincia de Soria de San Esteban de Gormaz, pasó gran parte de su vida en Alfaz del Pi, donde murió en 1994. En Alfaz puede visitarse su casa- museo, reconocido como tal por la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte de la Generalitat desde enero de 1998. “Curioso que el considerado creador de la corriente del triangulismo en el pueblo de al lado se le haga un museo y en Benidorm se arruinan sus obras”, concluyó Bigorra.