LA VILA.- Continúa la restauración de la Torre de Sant Josep con la colocación del arquitrabe

Una vez rehabilitada y reconstruida el monumento, la mayor torre funeraria conservada en la Península Ibérica, alcanzará los 12,5 metros de altura

La restauración de la Torre de Sant Josep, de mediados del siglo II d.C., continúa su curso y está previsto que concluya a finales del mes de abril. Una vez que ya se han colocado los capiteles de la torre (el original y tres réplicas), ahora se está instalando el arquitrabe (parte inferior del entablamento que descansa sobre el capitel de la torre), encima del cual irá el friso y la cornisa Para comprobar el desarrollo de la rehabilitación de la torre, hoy, martes 31 de marzo, técnicos municipales y de la conselleria han visitado la torre.

En cuanto a los capiteles, desde la Concejalía de Patrimonio Histórico desvelan algunos pequeños secretos: por ejemplo, aunque al original le falta parte del lado derecho, como se sabe que era simétrico las réplicas han reconstruido sin ninguna duda ese trozo faltante, y por tanto permitirán comprender a los visitantes cómo eran exactamente los originales.

El capitel original ha sido colocado en la esquina derecha de la cara norte, y por lo tanto los visitantes lo Visita técnicos torrepodrán contemplar al entrar al recinto.

¿Por qué a los capiteles de la torre de Sant Josep no se les talló los nervios de las hojas de acanto, o los pétalos de la flor (que se dejaron en forma de un simple círculo)? ¿Por qué son tan sencillos, tan esquemáticos? Hay dos explicaciones a esto, y las dos pueden ser válidas: en época del emperador hispano Adriano Augusto, a mediados del s. II d. C., cuando se construyó esta torre, se puso de moda (hay varios ejemplos en Mérida) simplificar la decoración de muchos monumentos. Además, es muy probable que toda la torre estuviera estucada y pintada de colores Es decir, que esos detalles (los nervios, los pétalos, etc.), probablemente, estuvieron pintados.

Otro de los secretos tienen que ver con el cantero, Miquel Carles Mantero, es uno de los poquísimos canteros manuales artesanos que queda en la Comunidad Valenciana y en el taller de la empresa EMR en Valencia esculpía las réplicas del capitel poniendo todo el empeño como si se tratara de un cantero romano, según informan en la Concejalía de Patrimonio Histórico, cuyos técnicos se desplazaron hasta el taller para ver cómo trabajaba Miguel.

Una vez reconstruida y restaurada, la torre alcanzara los 9,78 metros de altura hasta la cornisa. La pirámide que remataba el monumento no se reconstruirá porque no se ha conservado ningún elemento de ella, pero la altura de la torre se calcula que llegará a los 12,5 metros sobre el suelo. Por debajo de suelo hay otros 3 metros de cimentación de hormigón y sillería romanos que no quedará a la vista.

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