LA VILA.- Vilamuseu presenta su pieza de invierno: el huevo de la vida eterna

Se trata de dos nuevas piezas de su colección, incorporadas en las últimas excavaciones de la necrópolis de Casetes, una de las cuales es una pieza única en la Península ibérica

Vilamuseu presentó ayer en sociedad su pieza estrella para este invierno: el huevo de la vida eterna. De esta manera, el museo de Villajoyosa pondrá cada estación del año en relieve una pieza o grupo de piezas de especial valor. Una vez expuestas Vilamuseu realizará conferencias, visitas guiadas y publicaciones sobre las mismas. Estos huevos permanecerán expuestos hasta marzo.
La pieza de invierno de 2017 son dos cáscaras de huevos de avestruz decoradas, halladas recientemente en el sector Jovada de la necrópolis de Casetes. Son dos piezas feniciopúnicas magníficas: en primer lugar un huevo de avestruz pintado con flores y palmetas de la tumba 445; y en segundo lugar un casquete, también recortado de un huevo de avestruz, en huecorrelieve pintado en rojo, con un símbolo astral (una estrella o el sol), similar al símbolo del dios oriental del sol, Shamash, procedente de la tumba 503. Esta segunda es un hallazgo único en la Península ibérica.

El huevo de la vida eterna

Las piezas aparecieron en dos grandes tumbas de cámara rectangulares con bancos corridos en el fondo, cuyas paredes de tierra se endurecieron mediante fuego. Los huevos de avestruz tienen un significado de resurrección y de fertilidad. Se considera que estas piezas servían de recipiente para la energía vital o el alma del difunto.
Los comisarios de la pieza de invierno de 2017 son Hélène Le Meaux, conservadora en el departamento de Antigüedades Orientales del Museo del Louvre (París); así como Diego Ruiz y Mª José Velázquez, arqueólogo y restauradora de Vilamuseu, respectivamente.
Las excavaciones de la rotonda del vial de enlace con la autopista, en el sector Jovada de la necrópolis de Casetes, dieron un gran número de tumbas, muchas de ellas muy antiguas, de los siglos VII-VI aC. Tras estas importantes excavaciones se ha planteado que en Villajoyosa hubiera originalmente una colonia fenicia —similar a la descubierta hacia 1990 en La Fonteta (Guardamar)— a la que corresponden las docenas de tumbas orientalizantes excavadas en la necrópolis de Casetes.

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