La exposición, de la que es comisaria la escritora Ángeles Ruiz, recoge la historia de los almadraberos de la zona y su importancia socioeconómica
El Museo Boca del Calvari acoge desde hoy y hasta el próximo 28 de mayo la exposición ‘Almadrabas y sus capitanes’, que aglutina una completa reconstrucción histórica de las almadrabas, su importancia socioeconómica y el papel que en la pesca del atún tenían los habitantes de la Marina Baixa, especialmente los hijos de Benidorm.
El alcalde de Benidorm, Toni Pérez; la primera teniente de alcalde y edil de Cultura y de Patrimonio Histórico, Ana Pellicer; el senador Agustín Almodóbar; así como numerosos ediles de la corporación municipal y representantes de numerosos colectivos sociales y culturales han acudido a la inauguración de la exposición, que ha abierto sus puertas oficialmente a las ocho de la tarde de hoy.
Organizada por la Concejalía de Patrimonio Histórico y Cultura, cuenta como comisaria de la Exposición con la escritora y periodista Ángeles Ruiz, autora de la publicación ‘De atún, almadrabas y sus capitanes’, quien ha realizado una extensa investigación sobre las almadrabas y un trabajo de campo consistente en entrevistas y localización de documentos escritos y gráficos. La exposición se ha realizado con un esquema de comunicación didáctico.
El alcalde de Benidorm, Toni Pérez, ha manifestado en la presentación que en durante generaciones “las gentes de Benidorm llevaron la almadraba en sus venas”, en alusión a los capitanes de almadraba de nuestra ciudad que, llevaban decenas de marineros de Benidorm en sus barcos. Toni Pérez ha subrayado que “esos benidormenses vieron mundo cuando era muy difícil ver mundo, y de todo lo que vieron hay mucho en el Benidorm que hoy conocemos y que se ha convertido en un líder turístico mundial”. El primer edil ha reconocido que “tenemos la obligación de mirar atrás y reconocer la importancia y trascendencia de esta parte de nuestra historia”.
La comisaria de la exposición, Ángeles Ruiz, ha desgranado el contenido de la exposición y ha tenido palabras de agradecimiento “para todos aquellos que me han ayudado a recopilar un material tan valioso para la historia de la almadraba en Benidorm”. Por su parte, el fotógrafo que ha aportado la documentación gráfica, Jaume Fuster, ha querido poner en valor imágenes que son parte de una historia que va más allá del Mediterráneo y en la que Benidorm fue protagonista.
Esta exposición pone de manifiesto como los capitanes de almadraba, arráeces de Benidorm, eran solicitados por su pericia y conocimiento en este complejo arte de pesca y siguiendo el rastro de los cardúmenes de atún capitanearon la mayoría de las situadas en el Mediterráneo, el Atlántico oriental, Marruecos y Túnez, teniendo también presencia en Argel y Sicilia. El dominio de los técnicos de Benidorm no deja de crecer y evidenciarse desde el siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XX. Los hijos de Benidorm y La Vila Joiosa no sólo ejercieron como capitanes o realizaron distintos oficios en la pesca de almadraba, también fueron destacados armadores, administradores y accionistas de las almadrabas.
Apartados temáticos
La exposición está estructurada en apartados temáticos. La planta sótano, sumerge al visitante en la vida secreta del atún rojo, un coloso del mar que surca las aguas cada temporada, recorriendo miles de kilómetros, desde el Atlántico norte al Mediterráneo, una y otra vez, durante toda su vida para desovar en el lugar donde nació. A lo largo de la historia; fenicios, cartagineses, griegos y romanos han apreciado su fina carne, rica en proteínas y apta para su salazón.
En la planta baja se podrá visualizar el particular microcosmos de la almadraba, una ciudad construida entre las olas con redes boyas, cables y anclas. El visitante realizará un recorrido histórico, desde la antigüedad hasta nuestros días; desde la acuñación de monedas con el atún como símbolo, a las famosas salsas garum que sedujeron a los paladares romanos.
En la planta primera se desvela como fueron los técnicos de Benidorm los que dirigieron la mayoría de las almadrabas, llegando a establecerse en el municipio auténticas sagas de capitanes. Pero los mandos no viajaban solos, les acompañaban un buen número de experimentados hombres de mar de la zona. Ya en 1795, las ocho almadrabas caladas de Tortosa a Cartagena estaban a cargo de capitanes de Benidorm y contaban con 150 matriculados de esta localidad. En la segunda planta se incluyen imágenes de un reportaje realizado por el fotógrafo Jaume Fuster en un trabajo guiado por el capitán Jacinto Vaello.
La exposición “Almadrabas y sus capitanes” nos retrotrae a las almadrabas y almadrabillas caladas en Dènia, Xàbia, Calpe, Moraira, La Vila Joiosa, Benidorm y Tabarca. Hoy las almadrabas alicantinas pertenecen al pasado. Su desaparición la provocó la disminución de las capturas, el aumento de los costes de los materiales y de la mano de obra, así como la moderna tecnología pesquera.